El andaluz Pedro Bohórquez fue artífice de un engaño masivo. Dos años reinó entre los temibles y rebeldes indios calchaquíes pobladores de las inexpugnables montañas del noroeste argentino, asentando su poder sobre un triple embuste:
A los calchaquíes les dijo que era auténtico soberano suyo, descendiente directo del último Inca Atahualpa y que venía a liberarlos del yugo español.
A los españoles de las ciudades, que sometería a los indómitos calchaquíes y que éstos le revelarían la ubicación de riquísimos yacimientos.
A los misioneros jesuitas que desde años atrás intentaban infructuosamente evangelizarlos, que él los convencería de convertirse al catolicismo.
Todo resultó un descomunal engaño que, comenzando como una comedia, terminó en la tragedia de la Tercera Guerra Calchaquí entre españoles e indios.
La historia está narrada en mi libro Pedro Bohórquez, el Inca del Tucumán. 1656-1659 que ha llegado, ya, a su séptima edición.
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