El P.Vázquez de Espinosa, (1570-1630) perteneció a la Orden Carmelita. Vino a América en 1608 y permaneció aquí unos doce años, tiempo que empleó en recorrer las posesiones españolas. Recogió sus impresiones de viaje en la obra Compendio y descripción de las Indias Occidentales en cuyo capítulo XXXV, párrafo 1.769 dedica un espacio a San Miguel de Tucumán, en los tiempos en que aún estaba en el asiento de Ibatín:
Al sur de la ciudad de Esteco más de 50 leguas está la ciudad de San Miguel de Tucumán, de donde toma nombre aquel reino. La ciudad es de hasta 250 vecinos españoles; su temple muy cálido y húmedo; tiene en el contorno algunas reducciones de indios donde se labra cantidad de lienzo de algodón, pabellones, sobrecamas y otras cosas curiosas; hay en el distrito cría de mulas y ganados y tiene muy olorosas y preciosas maderas, y por los campos innumerables cantidad de ganado silvestre. Está en 29°, fundada en alegre sitio a las faldas de altísimas montañas; tiene acequia con que riega sus viñas, huertas y sembrados; pasa por un lado el río de la Quebrada de Calchaquí (el río Pueblo Viejo) y otros que bajan de la sierras.