jueves, 29 de octubre de 2015

Alonso Barzana S.J. Misionero y lingüista. Parte 2

Tan pronto llegó a Lima comenzó a evangelizar en los barrios de la ciudad. Su método era ir de casa en casa, interesarse  por la vida de todos, tratarlos afablemente y así lograba que los indios concurrieran a la iglesia donde les enseñaba la doctrina cristiana y los instaba a abandonar los vicios, entre otros la embriaguez que hacía estragos entre ellos. Organizaba escuelas para enseñanza de los niños indios. Visitaba cárceles y hospitales. Los días de semana predicaba en la plaza convocando a indios, negros y españoles y, los domingos, en la iglesia. Para las fiestas religiosas recurría a comedias, danzas, entremeses, coplas y romances que atraían mucho a  todo tipo de público.

De Lima pasó a Cuzco y llegó hasta los pueblos del Lago Titicaca, Juli, La Paz, Arequipa, Potosí, lugares donde la lengua madre ya no era el quichua, sino el aymara que con su proverbial facilidad pronto aprendió para predicar en ella.

De cada una que aprendía redactaba Arte y Vocabulario (Gramática y Diccionario) destinados a misioneros recién llegados y pronto sus superiores le encomendaron tareas docentes. Primero en el Colegio de la Compañía de Jesús, de Lima, donde enseñó  quichua a los novatos; luego, en Potosí donde les enseñó las lenguas aymara y puquina. Además, redactó textos de sermones para ayudarlos en la predicación.

Alonso Barzana S.J. Misionero y lingüista . Parte 1

Entre los muchos personajes extraordinarios que durante el siglo XVI actuaron en el Noroeste argentino  se cuenta el misionero jesuita Alonso Barzana. Nació en 1530, en Cuenca, España y su biógrafo, el P. Juan Bautista, que lo conoció desde su juventud,  lo describía como de agradable presencia, ánimo alegre y sereno,  inteligencia lúcida y memoria excepcional. También señalaba que quería campear, en otras palabras, que ambicionaba distinguirse por  realizar grandes obras.

A los dieciocho años  ingresó a la Universidad de Baeza  donde cursó Trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y Cuadrivium (Geometría, Aritmética, Astronomía y Teoría Musical) y  fue alumno brillante. Reunía todas las condiciones para triunfar en la vida mundana, sin embargo se despertaba en él una fuerte  vocación religiosa; así, a los veintitrés años comenzó a predicar en barrios de Baeza y pueblos aledaños y, a los treinta y cinco, ingresó en la Compañía de Jesús, en la ciudad de Sevilla.

Deseaba ser misionero en  China o Tierra Santa, pero sus superiores lo designaron al Virreinato del Perú y él, tan pronto supo que su destino era el ex imperio de los Incas, quiso saber la lengua de aquellos entre quienes le tocaría misionar. ¿Dónde aprenderla? Para su suerte en Sevilla residía un caballero que había vivido en Perú y hecho algunos estudios sobre el quichua que  Barzana asimiló con sorprendente facilidad revelando una capacidad suya que asombraría a todos: poseía el don de lenguas, era un lingüista nato. Esto sería un factor muy valioso pues una característica cultural americana era la impresionante variedad de lenguas existente que, según las distintas clasificaciones científicas modernas, oscilaba entre cuatrocientas y dos mil.

El viaje entre Cádiz y el Perú duró diez meses y durante el tramo oceánico Barzana tuvo otro golpe de suerte: viajaba en el mismo navío que él un pasajero que sabía quichua con quien tuvo oportunidad de hablarlo. Por lo tanto,  al llegar a destino y comenzar a misionar, pudo dirigirse a los indios en su propio idioma lo que creó entre él y ellos una estrecha comunicación potenciada por otro don suyo: la elocuencia.

Curioso método para aprender una lengua indígena

A partir del segundo viaje de Colón ocurrido en 1493, comenzaron a llegar a América frailes misioneros para cumplir con el propósito de evangelizar -es decir, de convertir al cristianismo- a sus habitantes a quienes  el descubridor  denominó indios creyendo haber arribado a la India.

El sistema para evangelizar pensado por los frailes era crear  escuelas para niños indios, pero para hacerlo debían superar el  serio obstáculo de que ignoraban la lengua de aquellos que debían evangelizar por lo que  aprovecharon toda oportunidad de aprenderla y un día, en México,  se les presentó una que merece contarse:

En un pueblo donde habían abierto una escuela-internado para niños indios, vivía  una señora española, viuda, madre de dos hijos pequeños cuyo cuidado encomendó a los frailes misioneros. A los dos españolitos, como a todos los niños del mundo, les gustaba jugar por lo que pronto se hicieron amigos de los compañeros indiecitos y, entre jugarretas, misas, rezos y clases de catecismo, aprendieron su lengua: la náhuatl hablada en México. Los frailes vieron en esto una oportunidad  muy valiosa y tomaron a los dos  españolitos como maestros  lo que resultó un gran acierto porque les permitió armar una especie de diccionario y gramática que les ayudó muchísimo a cumplir la labor evangelizadora.

Por su parte, los niños indios compañeros de los dos españoles,  comenzaron a aprender el español gracias a ellos y, con el pasar del tiempo, al hacerse mozos,  varios se transformaron en colaboradores de los frailes en la tarea de enseñanza y evangelización.

viernes, 9 de octubre de 2015

12 de Octubre de 1492

El próximo 12 de octubre se cumplirán 523 años del Descubrimiento de América cuando, después de dos meses y nueve días de navegación,  Cristóbal Colón llegó a la isla antillana de Guanahaní que él llamó San Salvador, de la cual tomó posesión en nombre de los Reyes Católicos,   en  solemne ceremonia registrada por escribano. ¿Y cómo era Colón, ese audaz navegante que se atrevió a desafiar el Mar Océano o Mar Tenebroso como entonces denominaban al Océano Atlántico? El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, que lo conoció personalmente, dejó de él esta vívida descripción:
Era hombre de honestos parientes e vida, de buena estatura e aspecto, más alto que mediano, e de recios miembros; los ojos vivos, e las otras partes del rostro de buena proporción; el cabello, muy bermejo, e la cara algo encendida e pecoso; bien hablado, cauto e de gran ingenio e gentil latino e doctísimo cosmógrafo; gracioso cuando quería; iracundo cuando se enojaba.
Su biógrafo Paolo Emilio Taviani lo define como genio del mar y sintetiza en un magistral párrafo la dimensión de su hazaña:
Sólo a raíz del descubrimiento de Colón, Europa, Asia y África tuvieron conocimiento de la existencia de un Nuevo Mundo. Y América tuvo conocimiento de la existencia de tres continentes. Fue un mutuo descubrimiento que cambió profundamente el curso de la historia humana.



jueves, 8 de octubre de 2015

San Miguel de Tucumán en 1773

El cronista cuzqueño  Calixto Bustamante Carlos Inca, más conocido por su sobrenombre Concolorcorvo, hizo en ese año un viaje entre Buenos Aires y Lima del cual dejó un encantador libro titulado El lazarillo de los ciegos caminantes. El capítulo V está dedicado a Tucumán y en él describe así a San Miguel:
Ciudad capital de esta jurisdicción y partenza hoy de correos, ocupa el mejor sitio de la provincia: alto, despejado y rodeado de fértiles campañas. A cinco cuadras perfectas está reducida esta ciudad, pero no está poblada a correspondencia. La parroquia, o matriz, está adornada como casa rural y los conventos de San Francisco y Santo Domingo mucho menos. Los principales vecinos, alcaldes y regidores, que por todos no pasarán de 24, son hombres circunspectos y tenaces en defender sus privilegios. Hay algunos caudalitos, que con su frugalidad mantienen, y algunos aumentan con los tratos y crías de mulas; pero su principal cría es la de bueyes, que amansan para el trajín de las carretas que pasan a Buenos Aires y a Jujuy. La abundancia de  buenas maderas les facilita la construcción de  buenas carretas.